domingo, 27 de marzo de 2011
Merecido homenaje a Don RAMON DE ALMAGRO. Por el Cantautor y, poetay musico de San Luis, Don JORGE ALTAMIRANO.
viernes, 29 de enero de 2010
POEMA DEL OLVIDO.
Tú puedes olvidar y los recuerdos
Se pegan a mi piel como un castigo.
Tú puedes olvidar, yo sólo vivo
Añorando el querer que se ha perdido.
Tú puedes olvidar y en cada noche
Mil vueltas yo me doy buscando olvido.
Tú puedes olvidar. ¡Ay si pudiera!
Olvidar como tú... sin un suspiro.
Don Ramón.
martes, 26 de enero de 2010
POEMAS EN EL CAMINO...
domingo, 10 de enero de 2010
JUANITA DUQUE Y LAS GAVIOTAS DE DON RAMÓN...
NOTA: El texto ha sido publicado tal como Juanita, en el año 2004, a la edad de 12 años lo presentó a la profesora y lo envió a Don Ramón de Almagro
sábado, 9 de enero de 2010
MI POEMA DE ABRIL.
Como una luciérnaga
viernes, 8 de enero de 2010
NO MORIRÉ EN PARÍS.
No moriré en París, te lo aseguro,
siempre he sido un gorrión de vuelo magro
lo mío será aquí, aquí en mi Almagro
donde siempre viví, que no me mudo.
Y hasta puedo agregar, será un invierno
cuando se van los viejos jubilados,
por el viejo hospital destartalado,
hospital sin pintura y sin remedios.
Cuando llegue hasta allí en ambulancia,
disfrutaré por fin de una importancia,
la que dan cuando grita la sirena.
La muerte al final es cosa buena
pues te acerca a las caras de la infancia
y te aleja, para siempre, de la pena.
Don Ramón.
EL AUTOR COMPARTE CON SUS LECTORES, GAVIOTAS DEL RECUERDO...
Queridos amigos, cierto día hace unos tres años me dicen que en la entrada del Teatro San Martín, estában repartiendo una revista de la Ciudad donde hay una nota sobre mí, imaginarán a que velocidad fueron mis piernas flacas a buscarla, bueno me traje unos 10 ejemplares y la nota dice así (pues todavía me quedan algunos)
El Ángel
por Osvaldo Pérez
Echegaray
Subte Línea D Buenos Aires tiene vísceras. En general, sólo conocemos la piel, pero una mirada más escrutadora permite recorrer sus entrañas. En el sopor metálico del subte, en el que se mezclan olores y esperanzas, donde las miserias humanas se acodan en el sueño de miles de trabajadores adormecidos, donde las estampitas y la indigencia abruman; allí, en esa babilonia al paso, por un peso con cincuenta, uno puede ingresar en un viaje poético.
Don Ramón (de Almagro por adopción), inició en Arrecifes su viaje por la vida, hace 73 años. El encandilamiento de los años noventa del siglo XX se llevó su almacén, dejándolo en la calle. Ese mismo brillo ilusorio que ocultaba miseria y despilfarro lo obligó a completar el secundario para obtener un trabajo que nunca llegó. La necesidad lo obligó a pensar y sentir poéticamente.
Sus dolores, anhelos y alegrías están expresados en un pequeño y sentido folleto que ofrece en los vagones del subte, con una sonrisa, con la sencilla dignidad de un poeta. Codo a codo con la desocupación, el sida, la ceguera y las minusvalías, Don Ramón de Almagro habla de una espalda ancha que lo espera con vino fresco cada regreso, del beso de un niño capaz de poblar su día de mariposas, de la niña del lago leyendo poesía, de los antepasados, de la madre, la abuela y de los que ya no están pero escuchan, porque a diferencia de los que sí están, no corren, no lo tropiezan, lo esperan, están con él y lo hacen “hablar solo”.
Don Ramón recuerda todo lo que día tras día pasa inadvertido, invisible al ojo cotidiano, ese mismo que no es capaz de distinguir a la otra Buenos Aires perdida en la vorágine diaria. Esta Buenos Aires amada y oculta como una pasión prohibida. Vive y ama a su ciudad, esa amante desagradecida en la que promete morir un día (a diferencia de Vallejo, que eligió morir en París vencido por la fatiga). La padece, la disfruta, la consiente, le perdona su ceguera cruel. Y se imagina muriendo en ella, “en el viejo hospital destartalado, llegando sobre una ambulancia, disfrutando por fin de la importancia que te dan cuando grita la sirena”.
Don Ramón también es Buenos Aires. No le ha vendido su alma al diablo para sobrevivir. La ofrece por sólo dos pesos. Al pasar recuerda que en el oscuro túnel del apuro también es posible hallar un manantial de luz.
Te imaginaras que me puse muy contento y decidí mandarle una copia de esto a mi gran ídolo y querido amigo el poeta Español Marcos Ana, quien con su maravillosa pluma me responde lo que sigue:
Mi querido D Ramón, amigo y colega, me he sentido muy feliz al leer esta mañana de abril la noble y merecida semblanza que de ti y de tu poesía hace Osvaldo Perez Echegaray. Es un articulo precioso sobre la densa humanidad de tu vida. Lo he enviado a varios amigos porque eres un ejemplo de honestidad, trabajando tu necesaria poesía y llevandola tu mismo al mercado, como el que reparte el pan de cada día.
Frente a esos poetas que se exhiben como floreros, tú te echas a la calle y vas, sencillo y profundo, de metro en metro, con tu lámpara maravillosa ofreciendo la luz a tus hermanos.
Tengo un gran respeto por tí, querido Ramón, y uno de mis deseos es conocerte personalmente y estrecharte entre mis brazos. Espero que será pronto. Y dale las gracias a Osvaldo, a quien no conozco, pero sólo un gran escritor puede escribir tan magnífico artículo.
Hasta pronto y cuídate, que, como te dije muchas veces, la salud es la base material de todo proyecto de vida y de futuro.
Un grandísimo abrazo, Marcos Ana.
Nada más pero es uno de los premios más gratos que ha recibido mi poesía. Luego con el paso del tiempo Marcos Ana vino a la Argentina a la Fería del Libro y como yo estaba enfermo me dió la alegría de acercarse a mi casa y se cumplió lo del abrazo.
Don Ramón de Almagro
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